Trazos de luz para oír: marzo 2013

jueves, 7 de marzo de 2013

Una temporada en el infierno

http://98.131.99.7/index.php?option=com_content&view=article&id=135:una-temporada-en-el-infierno&catid=36:in-seguridad&Itemid=42 En el intento por hacer del sector un lugar seguro, emprende el camino de la justicia personal.

http://noticias.co.msn.com/colombia/articulo_kienyke.aspx?cp-documentid=256583533 Buena crónica. María Alejandra Borrero, ícono de la actuación colombiana, merece los aplausos de todos, no solo por su carisma como artista, sino también por su historia de vida. Por las decisiones que ha tenido que tomar, en fín es una mujer cuyos pensamientos permitirán hacer de Colombia un mejor país.

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Alguna vez tuve un sueño. Uno hecho de esperanza, de trabajo, de sacrificio, pero sobre todo de arte. ¿Quién soy? un artista de la vida, un músico sin formación, un tipo que busca dibujar el aire y pintar el mar, un hombre hecho de momentos y que ve en la fotografía la mejor manera de tenerlos y en la escritura la mejor manera de exorcizarlos, alguien que se asombra por las proezas de un niño, con la misma intensidad con que piensa en lo complejo. Cada momento de mi vida ha definido las facetas artísticas con las cuales me identifico, primero estuvo el lápiz y el papel con los que recreaba las vivencias de mi adolescencia, luego vino el color y la era del cómic y desde aquí en un salto que me alejó de la reproducción mecánica de las formas y los colores llegué sin paracaídas al mundo de la luz. La fotografía marcó un inicio en la era del autor. Con la música y la escritura he querido expulsar sentimientos caóticos y darles una forma. Y por último soy un docente que tiene la firme intención de que las futuras generaciones elijan su camino dejándose llevar por lo que sienten y no por lo que les toca.

Me considero un buen conversador por esas cosas de la vida que me llevaron a querer el conocimiento, hablo de todo un poco pero poco sé de mucho. He pasado dificultades, he librado mil batallas, he leído muchos libros que me han podrido el cerebro, ya no profeso un credo, la religión me hastía, tengo fe en mi mismo. No aspiro al ideal moderno del éxito (por eso me considero exitoso), solo aspiro a vivir bien, a pensar en lo bueno y lo malo como en un matrimonio ideal; a decir lo que quiero aunque no deba; a expresar lo que siento aunque no pueda. Quiero mostrar las cosas tal y como se ven pero también tal y como son.

Soy honesto conmigo y con los demás, mi único capital se halla encriptado entre miles de neuronas. Soy de los que creo en que el día debería tener muchas más horas para hacer todo lo que no se debe hacer. Soy un bohemio que disfruta la camaradería y de los que sabe cuando es el momento adecuado para irse a dormir. Soy un admirador de la música bien hecha, trátese de un bolero, una ranchera o una salsa, aunque soy un admirador incansable (y mis amigos lo saben) de Metallica, la banda que me vio nacer como músico. No necesito palabras para defender mi estilo de vida, solo basta el que me sienta bien con esa forma de vida.

Aprecio el buen cine independiente y disfruto del comercial, tengo un buen sentido del humor, aunque a la hora de contar los chistes estos me abandonan.

Ha sido difícil hacer coexistir distintas ramas del arte sin que hallan cuestionamientos. Al mar no lo define su profundidad sino su extensión. Es válido decir “soy el mejor en esto pero desconozco aquello”. La experiencia me ha hecho un buen consejero, aunque a veces pierdo el hilo de lo que digo. Esto somos, seres inacabados creyéndonos perfectos, pero eso es lo que nos hace humanos, de todas esas imperfecciones está hecha la sociedad.