Apuntes



Octubre de 2005
Ensayo
Por RHG
LA CIUDAD EN MOVIMIENTO

La literatura, así como la poesía, nos muestra una realidad cuyo referente nace de la genialidad del autor. Estas realidades están protagonizadas por un sin número de personajes. Cuando el personaje deja ver su punto de vista, decimos que hubo una buena caracterización. Sin embargo, la literatura por su naturaleza ficcional, abre las posibilidades discursivas a niveles muy particulares, acorde a las necesidades del autor. En este sentido quisiera tener en cuenta tres textos de autores reconocidos por su manejo del lenguaje: Cavafis, Borges y Calvino.

En muchas ocasiones la literatura aborda el espacio como el simple objeto de la descripción. Y no quiero decir que esto sea inválido o inadecuado, lo que quiero decir es que el espacio narrado también puede llegar a ser un personaje. Ya muchos autores han hablado sobre el particular, desde la literatura y el análisis crítico. Dos Passos, Habad Faciolince, Cavafis, Borges y Calvino entre otros.

Por lo anterior, el espacio (me quiero centrar en la ciudad) es objeto de muchas miradas. Y esto no es gratuito. La ciudad es el sitio por excelencia de las dinámicas mas heterogéneas, no obstante puede llegar a convertirse en algo homogéneo, uniforme, la ciudad viva. Una entidad que transmite sus pensamientos a través de las fachadas. Un ser viviente con sistema circulatorio gris, opaco. Algunas vivas en la opulencia, otras agonizantes en la miseria.

En el poema de Cavafis “La ciudad” esta es un personaje que adquiere vida -la ciudad te seguirá- no habrá lugar al que se vaya, sin recordar o estar con el fantasma de su pasado. Las ruinas de una vida, no son las ruinas de una ciudad. El carácter tétrico de las mismas paredes  que se describe en el poema es gracias a la pobreza de aquella vida.

Pero así como la ciudad toma vida, también se puede dejar morir. En el texto de Borges un imperio, cuyos límites deben estar bien plasmados, hace recrear una copia perfecta, quizá para la disposición de terreno o de defensa. Sin embargo ese grado de perfección acaba con la magia del espacio en movimiento.

Las ciudades son como las mujeres; no se terminan de entender. En el texto de Calvino, Zobeida es el deseo de muchos que la persiguen pero que no logran alcanzarla. La ciudad es el resultado de una búsqueda perenne que trasciende el orden de lo real para establecerse en lo simbólico. Aquí la ciudad sigue siendo representada como algo vivo, en constante movimiento, fuera de que se transforma, ella es objeto de obsesiones, de deseos, que en todos los casos lleva a la perdición.

Para concluir, quiero hacer notar que la ciudad en los tres textos anteriores, tiene las marcas que permiten corroborar una vez más su plurivalencia. Y que el espacio es sujeto de fantasmas y deseos; de formas y situaciones.


BIBLIOGAFÍA

-CAVAFIS Constantin “La ciudad”
-BORGES Jorge Luís “Del rigor de la ciencia” en el Hacedor Errecé editores, Buenos Aires 1974
-GENNARI Mario “Semántica de la ciudad y educación” Ed Herder 1995
-ARGÜELLO Rodrigo “La ciudad en la literatura” en la ciudad hábitat de diversidad – Universidad Nacional 2000








Marzo de 2006
Ensayo

Por RHG





LA SEXUALIDAD: ENTRE LA PORNOGRAFÍA Y EL EROTISMO

La sexualidad en el ser humano siempre ha sido causa de discusión. Muchos han sido los estudios que se han hecho para tratar de explicar este fenómeno. Freud por ejemplo, habla de que a través de los sueños se puede explicar determinados fenómenos de la conducta, asociados a lo sexual. Para otros no tan dedicados, lo sexual es un fin último, que se consigue tras hacer uso de mecanismos discursivos donde el hombre recibe a cambio la entre pierna de la mujer, haciendo una inversión, no solo de lenguaje, sino también económica.

A lo largo de la historia hemos visto la tendencia del hombre a mirar el desnudo femenino. No existe hombre alguno a quien no le guste observar un cuerpo de curvas prominentes con un relieve formado por dos cúpulas rosadas. Si existiese, personalmente creo que hay algo raro, y que este hombre tiene más progesterona que testosterona; aunque sin embargo tanto mujeres como hombres les gusta mirar. Todos tenemos algo de voyeur.

El placer o el gusto que se le encuentra a imaginarnos elementos sexuales, impúdicos y en muchas ocasiones obscenos, ha sido aprovechado por la literatura, la fotografía y el cine, con el objetivo, más que estético, de tocar el deseo instintivo del hombre o la mujer: esa es la pornografía.

La pornografía muestra de manera explícita la relación sexual, bien  sea por medio de palabras o imágenes. Además, desinhibe los excesos de la sexualidad, con todo y sus desviaciones. Porque la pornografía ya no se limita sólo a mostrar la tradicional relación heterosexual y humana sino que también muestra encuentros homosexuales, zoofílicos, pedofílicos, entre otros. La pornografía sólo muestra objetos sexuales. Con cuerpos y caras espectaculares para que la gente del común, que no cuenta con esas gracias, participen, al menos visualmente, de ese coito.

Ahora bien, después de hablar del tono vulgar, y para nada profundo, con que suele manifestarse la pornografía podemos dar paso a su contraparte, otra práctica  que, a pesar de que transita por medios similares, es por el contrario, más elaborada, sugerente, simbólica y además se apoya en el placer mutuo: Es el erotismo, donde la calidad se mide por el cómo y no por el qué.

En el erotismo (sabemos que viene de la palabra eros que era el dios del amor) hay un elemento añadido o mejor un elemnto elidido. El erotismo, si hablamos de cine, se prescinde de la expocisión de los órganos sexuales. Esa es quizá su éxito no muestra, sugiere. En este escenario, desde una perspectiva masculina, la mujer es una obra de arte que debe ser explorada, reinterpretada en el escenario simbólico de lo sexual. Una sexualidad abierta, donde se busca el placer mutuo, donde cada fluído es el elíxir que da razón a esta vida.

Quiero acabar diciendo que tanto la pornografía como el erotismo tienen modos particulares de ser vistos. Y obviamente las miradas varían de acuerdo a los prejuicios. Para los que están en el despertar sexual, es lo mejor que se han inventado y cada tres de cuatro adolescentes tiene en su colchón una revista porno; para otros, como los empresarios de la industria cinematográfica, la mujer es un objeto sexual. Para otros cuantos es la degeneración del ser humano.

Yo solo digo que a nadie obligan a hacer nada. En muchos castings la gente llueve a montones para ser actor o actriz de este tipo de películas. Además pienso que quien ve la cinta no siempre tiene problemas. De hecho, en algunos casos se ve porque quizá no se quemó esta etapa en la juventud, y por consiguiente quedó un vacío que se llena viendo una que otra película cruda o sutil, sin llegar a los excesos.






Junio de 2007
Cuento

Por RHG


LA SEXTA CUERDA
El tiempo es una ilusión pasajera que gravita en el interior de nuestras mentes para hacerlas creer que hubo un antes y habrá un después. No debemos creer más allá de lo percibido por nuestros sentidos, muy a pesar de ser los menos indicados para merecer confianza. Es la mente, que gracias al lenguaje, puede construir realidades tan abstractas que para muchos podrían parecer fantasías simplemente absurdas.

El recuerdo de lo que fui y de lo que pude o no pude hacer no me preocupa, ya todo terminó. Mi vida se acabó en el mismo instante en que decidí abandonar la soledad de la cual estaba sujeto y viajar a través de las épocas y de las dimensiones y tal vez quedar en algún mundo paralelo al nuestro, aislarme mentalmente como lo hacía cuando soñaba; porque cada sueño parecía ser el recuerdo de algo, de alguien. En ese tiempo era muy joven y no lograba asociar nada de lo que pasaba por mi cabeza. Ella, la enfermera, parecía aceptar con agrado mis palabras.

“Siempre me interesó todo lo relacionado con el tiempo. Cuando era muy joven pasaba las noches tratando de encontrar la forma de probar su intemporalidad. Su inexistencia. Buscaba manipularlo, de hacerlo mío a voluntad. Todo aquello eran inocuas fantasías infantiles que mi madre trataba de calmar llevándome a clases de guitarra. Solo pude aprender a afinarla”. Ese instrumento fue lo único que me ayudó a salir de este encierro. Una guitarra desprovista de su sexta cuerda desde el momento en que llegué  a ese lugar. Yo podía tenerla únicamente en su presencia y ella no parecía apreciar dichos sonidos.

Vivimos en un implacable presente que va transformando nuestro cuerpo. Poco a poco se va llenando de pliegues y el aliento se hace cada vez más difícil de retener. Ahora me encuentro recluido en un lugar oscuro y frío donde no percibo la temporalidad, del cual no aspiro a salir ni en compañía del silencio.
“Vivía en una gran casa herencia de mi madre cuya muerte se dio al empezar la universidad. En ese lugar comenzó mi final. Ya nada era más importante que viajar en el tiempo” Le contaba muchas de las cosas que pasaban por mi cabeza.

Hay otros conmigo, me acompañan, oyen mis lamentos y mis penas sin escuchar, a veces creo que solo son producto de mi imaginación y solo con mi discurso científico logro deshacerme de ellos como de un mal recuerdo, porque no entienden y se van. Ella sí parecía escucharme, aunque tal vez sin entender mis pensamientos un poco ambiciosos para mi época.

“Con el paso de los años seguía siendo el mismo solitario con un empleo en el departamento de investigaciones de la facultad de ciencias. El estudio se dirigía a la posibilidad de convertir los impulsos eléctricos del cerebro en imágenes perceptibles por computador y así poder reconstruir los recuerdos de las personas amnésicas. De igual forma, el sicoanalista tendría una ayuda visual de los sueños narrados por el paciente y detectar las causas de algún tipo de conducta. Recibía muy buenos recursos por estas investigaciones, sin ser consciente del daño físico al cual estaba exponiéndome, pues trabajar en ello y en mi teoría del viaje temporal a través de los sueños, hacía de mi cuerpo un paisaje árido y gastado. Sin embargo, estaba muy cerca de alcanzar la ecuación perfecta cuya acción hiciera funcionar la máquina. Fue entonces cuando solicité que mis investigaciones continuaran desde mi casa. Todo fue trasladado. Tenían en mí mucha confianza y pasaron varios años antes de tener una primera prueba satisfactoria, aunque solo fuera una imagen difusa de lo que un gato podría estar pensando. Gracias a esa pequeña muestra pude tener algún tiempo de tranquilidad.”. Mientras recordaba ella me escuchaba como un niño “envejecí prematuramente, las arrugas y las canas empezaban a hacer de mí una figura cansada”.

La única entrada de luz la daba una ventana muy cerca al techo. Al lado de mi cama y después de cumplir con sus obligaciones, ella ponía un asiento y empezábamos nuestra cita de todos los días. Cuando me pasaba la guitarra pedía que me dejara un minuto solo para afinarla, ese pequeño ritual se repitió en cada encuentro para no despertar sospechas. El sonido siempre era el mismo, ella no parecía notar la ausencia de la sexta cuerda.

 “Por ese entonces había perdido todo contacto con la realidad, al menos, con la de la demás gente,  ya ni mi aspecto conseguía dar señales de lucidez. “Está loco” decían sin pudor aquellos con algún grado de acercamiento hacia mí. Empezaba a ser una sombra, un recuerdo. Ahora con más ganas quería apropiarme del tiempo, escaparme a través de él. Pero el mío se acababa. Nada podría asegurarme un logro. Me estaba volviendo viejo sabes” la atención se incrementaba proporcionalmente al transcurso de mi vida en el relato.

“Hasta este momento lo más humano que hacía parte de mi era el sueño, pero ya ni eso quería quedarse. Era un zombi en medio de puertas y ventanas cerradas, era un espectáculo macabro en cuyo juego producido por las luces de las velas, se mostraba toda la repulsiva condición humana. Poco a poco la casa se iba convirtiendo en una mansión parecida a la de los Usher, que es la casa de un cuento de Poe”. Y pasé otro largo rato leyéndoselo, aunque creo que no significó nada para ella.
“Me sentía por momentos en un cuento de terror y lo único que tenía para relajar la mente era la lectura. El insomnio era doloroso, podría decirse que mis lágrimas eran de sangre pues lo que algún tiempo fue blanco en mis ojos, era ahora una maya de líneas rojas”.

Por mi cabeza empezaron a cruzarse pensamientos malsanos, y mis sueños cada vez se hacían más premonitorios. Era consciente de que el tiempo me había dado una paliza descomunal y estaba aterrado de que en vida no pudiera ver el logro de jugar con el tiempo. Por el contrario, era él quien había jugado conmigo. Ahora que lo pienso este sería un posible epitafio para una tumba, dime cómo suena “el efecto del tiempo sobre la mariposa no es el mismo efecto que la mariposa produciría en el tiempo”  era la primera vez que la exhortaba  a hablar. No respondió, tal vez ni comprendió el texto, pero fue la única que lo hizo escribir.

Un día antes de que me recluyeran aquí hice una llamada. La voz que contestó era la de un antiguo amigo de la universidad. El único que parecía entenderme. Lo sé porque no trataba de cambiar mi conducta, solo escuchaba, como tú. Después de muchos años sin llamarlo pude apreciar una voz amiga aunque gracias a él estoy aquí, “mejorando”. Sin saber porqué junto a unos cuantos libros y cuadernos de apuntes, llevé conmigo mi guitarra recién afinada ¿Me escuchas?” hablar con ella me daba tranquilidad pero en ocasiones parecía perderse en ensoñaciones. Con ella podía desahogarme y lo mejor, mis palabras no eran juzgadas, solo escuchadas.

Después de varias semanas pude generar el convencimiento, al menos para ella, de que no estaba loco “Cuando se está en una institución como esta, esa es la primera impresión, y soy consciente de que tuve momentos en los que la cordura parecía ausente pero tu oído me ha calmado”.

Cuando se fue, después de haberle contado la última parte de mi vida, saqué la cuerda faltante guardada desde el primer día para convertirse en mi llave y la amarré de la ventana. Fue eterno esperar a que exhalara mi último aliento.